lunes, 21 de abril de 2008

‘Chiquito’ Bueno - Rebeca Ampa

Ariculo de "BRAVO", el suplemento deportivo de "La Republica".

‘Chiquito’ Bueno

A los 23 años logró su sueño de clasificar por sus propios méritos a las Olimpiadas. Sabe que conseguir una medalla es difícil pero no imposible.

Ángel de los niños. En Valladolid es muy querido por los niños que asisten a la academia de su entrenadora, a quien apoya en retribución a su invalorable aporte.
Sus más de dos metros de estatura (mide 2.01) intimidan a cualquiera que no conoce a Carlos Zegarra (+100 kg), el judoka peruano que hace pocos días selló su boleto a los Juegos Olímpicos de Beijing.
Ni qué decir de sus más de 150 kg de peso, pero ‘bien distribuidos y de pura fibra’, según sus propias palabras. Y aunque suene poco creíble, ‘Chiquito’, como lo llaman sus allegados, es uno de los deportistas peruanos con mayor ángel que esta periodista recuerde.
Incluso dedica parte de su escaso tiempo libre en Valladolid, España, a enseñar sus secretos a decenas de ‘chavales’ que asisten a la academia de su entrenadora, la española María Martínez, gran artífice de este momento estelar en su carrera.


BENDITA SEA
"Ella ha sido la clave de este éxito. No solo me ha enseñado nuevas técnicas y pulido mi táctica, también me ayudó a ser más constante en cada combate. No creo que exista nadie mejor para mí que ella, al menos de momento", explica Carlos, sobre la influencia de la española, que siempre lo acompaña –con su propio dinero– a las giras que realiza, y que, pese a guardar perfil bajo, llama la atención, debido a que en el judo hay pocas mujeres como entrenadoras.
Pero qué significa para él poder competir desde el 15 de agosto en la capital china: "Los Juegos Olímpicos no es solo mi sueño, también es el sueño de los que me quieren, es lindo sentir la satisfacción de mi familia, amigos y conocidos. Es una sensación muy especial", y aunque admite que las posibilidades de tentar una presea son complicadas "no es imposible, porque estarán los mejores y yo soy uno de ellos. Eso sí, para Londres 2012, me atrevo a prometer una medalla".
A sus 23 años, el poder alcanzar sus sueños no ha sido tarea fácil. Recién comenzó en el judo a los 15 años y ‘casi de casualidad’ este deporte le ha brindado los momentos más felices de su vida.



"Comencé en el Peruano-Japonés, pero hacía taekwondo y karate, a órdenes del sensei Jorge Miranda, quien luego me dijo que practicara judo, y aunque al comienzo no me gustaba, el empezar a competir le dio un giro a mi vida. La constancia y sacrificio es un factor clave, pero aún más el apoyo de la familia y amigos. El aporte del Estado ha sido fundamental( IPD y COP) y ojalá que este continúe después de los Juegos", subraya pensando en el futuro.

La Republiuca 21/04/08
Rebeca Ampa

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